Mezclar drogas y medicamentos

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¿Qué pasa si me drogo y tomó medicamentos?

Es difícil hacer referencias a todas las combinaciones y a todos los posibles riesgos de mezclar medicamentos con drogas, pues sería una tarea extensísima y la mayoría de estos riesgos son hoy en día desconocidos ya que dependen de muchos factores. Debido a que no sólo dependen de lo que se consume sino también de quién, cómo y en qué circunstancias lo hace.

El riesgo para nuestro organismo es real y hay que tener un control de la situación en todo momento. Tanto las drogas como los medicamentos son sustancias que tienen una composición química propia y diferente la una de la otra, las 2 sustancias provocan cambios temporales y efectos en el sistema nervioso central. La mezcla de agentes químicos puede provocar cambios en el estado actual pudiendo sufrir un descontrol con resultados imprevisibles.

Una cosa es segura, el hecho de mezclar diferentes sustancias es más arriesgado que tomar una sola, muchos problemas son derivados de mezclar fármacos con drogas o alcohol. Con la combinación de estas sustancias algunos efectos se potencian y otros se contrarrestas o anulan.

Drogas que no se pueden mezclar

Podemos catalogar las sustancias según sus efectos en el Sistema Nervioso Central como estimulantes, depresoras o perturbadoras. Al mezclar sustancias depresoras (alcohol, benzodiacepinas) con estimulantes (cocaína, éxtasis) se contrarrestan los efectos por lo que el individuo termina consumiendo más cantidad de una de las 2 sustancias.

Muchos consumidores de drogas estimulantes como cocaína y drogas de síntesis como el cristal o MDA en ocasiones toman ansiolíticos (sustancias con benzodiacepina como diazepam, sedotime, lormetazepam etc) para “rebajar” los efectos. La benzodiacepina enmascara el efecto de la cocaína, el riesgo está en que como se aplacan los síntomas de la cocaína se fomenta su consumo. La mezcla de 2 sustancias que contrarestan depresivos con antidepresivos supone un alto riego para la salud.

Mezclar drogas y alcohol

Los riesgos de mezclar no sólo concurren como estamos hablando con drogas más duras como cocaína, éxtasis o cristal, de consumo menos habitual, también están muy presentes en sustancias de consumo legal como el alcohol.

Seguramente hayas leído o escuchado el peligro de mezclar bebidas alcohólicas con medicamentos. Esta mezcla puede causar vómitos, náuseas, letargo, dolor de cabeza, perdida de la coordinación o desmayos. Además puede disminuir la acción terapéutica del medicamento hasta anular por completo y por consiguiente convertirlo en algo dañino para  nuestro cuerpo. A continuación vamos a realizar una lista de las consecuencias que se dan con la mezcla de medicamentos con alcohol:

  • Antibióticos: algunos antibióticos (cefalosporinas y metronidazol) alteran el metabolismo del alcohol produciendo un compuesto tóxico (acetaldehído) que provoca taquicardia,  síntomas de mareo, enrojecimiento de la piel y resacas más intensas.
  • Paracetamol: aumenta el riesgo de hepatotoxidad.
  • Antihistamínicos: suelen aumentar la somnolencia.
  • Aspirinas e ibuprofeno: aumenta la posibilidad de padecer hemorragias intestinales y gastritis. Aumentan también el riesgo de hepatotoxidad.
  • Antidepresivos: incrementa el efecto de sedación del sistema nervioso central y disminuye el rendimiento psicomotor.

Mezclar alcohol y medicamentos puede resultar peligroso ya se trate de medicamentos con o sin prescripción médica.

Para un mejor entendimiento de la gravedad del asunto, en aras de evitar que se piense que este riesgo sólo concurre cando hablamos de drogas más duras de consumo no tan habitual o legal, centrándonos en el alcohol (cuya demanda puede resultar a primera vista más común o, al menos, más normalizada).

Pues bien, de una parte, la mezcla de alcohol con ciertos medicamentos podría provocar algunas de las siguientes respuestas: náuseas, vómitos, dolor de cabeza, letargo, desmayos o pérdida de la coordinación, ponernos en riesgo de sufrir hemorragias internas, problemas del corazón, así como dificultades respiratorias. De otra, y esta consecuencia nos es más conocida, puede disminuir la acción terapéutica de la medicina, anularla o, inclusive, inducir a su transformación en una composición dañina o tóxica para nuestro cuerpo.

En cuanto a los medicamentos, así como nos es necesario respecto a las drogas que nos refiramos a aquellas más radicales como la cocaína, también debemos ser precavidos en relación con los que son de venta libre (no siendo necesario que se trate de un sujeto con una enfermedad o deficiencia desarrollada y grave, y que esté bajo un tratamiento médico y fármacos recetados). De hecho, se considera que ciertas hierbas medicinales, pueden resultar también adversas con alcohol.  Así, sólo si no damos lugar de este tipo de cóctel,  la toma de remedios farmacéuticos (con receta o sin ella), será segura y efectiva.

Mezclar alcohol y drogas puede resultar peligroso,  ya se trate de medicamentos con o sin  prescripción.

             Un grupo de pacientes especialmente vulnerables, en general y a estas mixturas, son las personas a partir de cierta edad. Y es que nuestros mayores, presentan un estado de salud más debilitado, pues son más propensos a necesitar tratamientos médicos para combatir o paliar los efectos de las enfermedades y por el mismo factor edad. De manera que, esta clase concreto de casos, albergan más probabilidad de propiciar un resultado fatal.

Con este artículo intentamos promover una mayor consciencia del riesgo que acarrea el policonsumo. La mayoría de pacientes con problemas de adicciones presentan un problema asociado a una sustancia principal y luego combinaciones con consumos asociados.

Si necesitas más información sobre este asunto o ayuda con un problema con adicciones llámanos o mandanos un mail a info@centroadicciones.es