La adicción es la incapacidad de dejar el consumo de una sustancia o parar un comportamiento a pesar de que esté causando un daño grave tanto psicológico como físico.
Una adicción no es más que la forma en que el cuerpo desea una sustancia o comportamiento por encima de todo, llevando a la persona a una búsqueda obsesiva y compulsiva por experimentar la sensación de recompensa y consuelo, despreocupándose de su alrededor y las consecuencias originadas por esta actitud.
A menudo, una adicción se sale de control porque necesita más y más para satisfacer un deseo y alcanzar el “subidón”.
Las adicciones empeoran con el tiempo y pueden interferir gravemente en la vida diaria, provocando problemas familiares, sociales, laborales y complicaciones de salud permanente e irreversibles.
Las personas con una adicción experimentan:
Cuando hablamos de adicción, no nos referimos únicamente a la dependencia de sustancias como el alcohol o la cocaína. Algunas adicciones también implican la incapacidad de parar en la participación de actividades como apostar, trabajar, comer u otros actos que provocan esa búsqueda compulsiva de recompensa y alivio.
Son aquellas adicciones provocadas por el consumo incontrolado de sustancias tanto legales como ilegales.
Las adicciones comportamentales se caracterizan por ser de carácter conductual, es decir, aquellas que se dan por llevar a cabo ciertas acciones o comportamientos incontrolados y compulsivos. Las personas con este problema necesitan hacer este tipo de acciones para experimentar la sensación que acompaña la realización de estas actividades.
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